Principios básicos para la masterización en casa: cómo hacer mezclas más fuertes, más claras y con más impacto
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La masterización intimida a mucha gente. A lo largo de la historia, la masterización profesional siempre ha sido una habilidad avanzada que solamente los ingenieros más experimentados podían adquirir. La suposición clásica es que necesitas oídos perfectamente entrenados y una sala tratada por expertos para intentar realizarla.
Gracias a los plugins modernos y al software, es perfectamente posible masterizar la música en casa con una excelente calidad. A pesar de que una pista que se masteriza fuera de un estudio profesional nunca será tan traducible o tan impecable como una pista correctamente masterizada, aún puedes lograr excelentes resultados en casa con el equipo que ya tienes.
Si estás produciendo un álbum o un sencillo importante, te recomiendo que envíes tus mezclas para que sean masterizadas de manera profesional. Pero cuando tienes un presupuesto limitado, estás trabajando con pistas para demos o necesitas un resultado rápido, la masterización en casa es la solución ideal.
Las fases de la masterización
Podrías pensar que el término masterización únicamente se refiere al procesamiento del archivo estéreo final una vez que se termina la mezcla, pero esto es una idea errónea. La masterización es mucho más que eso. Es el proceso de finalización de un álbum o EP. El ingeniero de masterización es la última persona que revisa todo antes de imprimirlo en CD y otros formatos.
Incluso podría ser tu trabajo decidir el orden de las pistas. El artista, el productor o el sello discográfico probablemente tengan una idea del orden en el que quieren que aparezcan las pistas, pero cuando se masteriza un álbum tienes que pensar en el flujo de estas.
Ten en cuenta si el álbum comienza con mucha energía, o si el orden de las canciones va en crescendo. Ordénalo de una manera que sea interesante. Las canciones con un tono similar pueden aparecer una al lado de la otra para ayudar al flujo del álbum. Considera factores como estos.
Una vez que se ha decidido el orden de las pistas, es momento de empezar a procesar las pistas individuales. Esto por lo general implica seis fases esenciales: reducción de ruido, «ecualización quirúrgica», compresión, ecualización tonal, limitación y dithering.
También deberás asegurarte de que el sonido sea consistente entre las pistas. Si ciertas canciones fueron grabadas o mezcladas por diferentes ingenieros, es tu trabajo usar la ecualización y la compresión para que suenen más parecidas y coherentes.
Una vez que el procesamiento se haya terminado y se hayan hecho las comprobaciones de los niveles finales, exporta las pistas. Si estás grabando el álbum en un CD, debes decidir la duración del espacio entre las canciones y crear un Red Book CD (libro rojo) para enviarlo a una imprenta. Puedes hacer esto con un software especializado en la masterización de CDs como WaveBurner.



Si simplemente está compartiendo las pistas en línea, debes realizar un bounce a varios formatos. Por último, archiva versiones de alta resolución de cada pista para futuros ajustes o remasterizaciones.
Procesamiento del archivo estéreo
Observando las fases del procesamiento con mayor detalle, esto de ningún modo se trata de un orden definitivo, y a veces lo mejor es aplicar estos procesos en diferentes etapas. No obstante, este es el orden que más utilizo.
La reducción de ruido es especialmente importante cuando se remasterizan grabaciones analógicas antiguas. Los zumbidos, los siseos, los clics y los chasquidos deben eliminarse de la pista antes de que pueda procesarse. Las herramientas especializadas para la eliminación de ruido, como iZotope RX 5, son perfectas para esta tarea.



La ecualización quirúrgica se puede utilizar para remover cualquier elemento desagradable del sonido. Los filtros también se pueden usar aquí para eliminar cualquier fondo innecesario (por debajo de 20-30Hz).



Luego, la compresión se utiliza para sacarle un poco más de volumen de la pista. Al ajustar el tiempo de ataque, es posible añadir más fuerza (tiempo de ataque lento) o densidad (tiempo de ataque rápido) al sonido.
Ajustando el tiempo de liberación también puede añadir más volumen aparente (tiempo de liberación rápido) o hacer que la compresión suene más musical (tiempo de liberación lento). No es extraño utilizar varios compresores en serie, con cada compresor aplicando 1-3dB de reducción de ganancia.



Puedes usar la compresión multibanda si deseas tener más control sobre los rangos de frecuencia individuales. Por ejemplo, si se te ha enviado una pista donde el hi-hat es particularmente ruidoso, podrías comprimir su rango de frecuencia en vez de eliminarlo únicamente con el ecualizador.
También puede utilizar la compresión multibanda para reforzar el límite inferior de la mezcla sin afectar a todo el espectro de frecuencias.



Ahora que has eliminado cualquier elemento desagradable y has comprimido lo que queda, dale forma al sonido de la pista con la ecualización. Si la mezcla es demasiado grave o demasiado fuerte, se puede aplicar la ecualización para corregir estos problemas.
La pista se debe traducir bien en tantos sistemas como sea posible, por lo que se hacen compromisos para garantizar que la pista suene bien en cualquier lugar. Aquí podrías utilizar cualquier tipo de ecualizador.
Los ecualizadores de fase lineal son excelentes para la masterización y es menos probable que causen problemas de fase, pero solamente cuando se aplican cambios sutiles. Los ecualizadores analógicos y los plugins modelados en ecualizadores analógicos también funcionan aquí bien para añadir carácter.



Luego se utiliza un limitador para aumentar el volumen de la pista. Nuevamente, se pueden usar varios limitadores en serie. Utilizar un buen limitador es una parte vital de la masterización. Esta es la fase en la que todo podría salir mal fácilmente y se podría arruinar la mezcla.
Sé sutil con la limitación y siempre opta por la musicalidad sobre el volumen.



Por último, si has estado trabajando a 24 bits, o más, la pista necesita un dithering hasta 16 bits, para que esté preparada para exportarse.
El dithering solo se debe aplicar una vez al final del proceso de masterización. Si no utilizas el dither en tus pistas, y simplemente las exportas a 16 bits, se podría producir alguna distorsión. Aplicar la conversión de bits hacia abajo con un dithering es un paso final importante.



Por supuesto, este es un esquema muy básico de los diversos procesos de la masterización. Existen muchas más herramientas y técnicas que se podrían usar, como la ampliación del estéreo, el procesamiento medio/lateral y muchos otros procesos. Pero, en aras de esta serie, me enfocaré en esos seis procesos fundamentales.
Equipo para la masterización casera
Todos estos procesos se pueden aplicar en la estación de trabajo de audio digital, (DAW, por sus siglas en inglés), utilizando plugins de stock o premium. También hay numerosos plugins de masterización especializados que cubren cada paso del proceso.
El ajuste auditivo es el aspecto más importante aquí. El tratamiento acústico mejorará el sonido del espacio y facilitará la ecualización. De ser posible, utiliza paneles absorbentes en los primeros puntos de reflexión, donde el sonido de tus altavoces pudiera rebotar en la pared y en tus oídos, y utiliza trampas de graves para controlar la parte más baja de la sala
Utiliza una pista de referencia masterizada profesionalmente para ayudarte con tus decisiones. Compara constantemente tu máster con la referencia. También puedes comprobar las pistas en los auriculares y otros sistemas de altavoces para asegurarte de que se traducen bien.
En la segunda parte de esta serie sobre la masterización en casa, explicaré el procesamiento dinámico con más profundidad. Puedes observar atentamente mientras aplico el gain staging, la compresión y el limitador a una mezcla terminada. Después, en la tercera parte, explicaré todo sobre la ecualización y los otros procesos importantes.